El ultrasonido ha sido una herramienta fundamental en la medicina moderna.
El ultrasonido también se utiliza en otros campos, como la industria y la navegación.
Sus orígenes se remontan a la década de 1940, cuando los científicos comenzaron a explorar las aplicaciones de las ondas sonoras de alta frecuencia en el diagnóstico médico.
Desde entonces, el ultrasonido ha evolucionado hasta convertirse en una herramienta de diagnóstico médico indispensable en todo el mundo.
El efecto Doppler, descubierto por el físico austríaco Christian Doppler en 1842, es la base de la tecnología de ultrasonido.
Gracias al efecto Doppler, los médicos pueden medir la velocidad y dirección del movimiento del tejido dentro del cuerpo.
Este efecto describe cómo la frecuencia de una onda cambia cuando la fuente y el receptor se mueven uno respecto al otro.
Por ejemplo, el Doppler puede ayudar a diagnosticar problemas de válvulas cardíacas y problemas circulatorios.
Los médicos utilizan este principio para medir el flujo sanguíneo y detectar anomalías en los órganos.
Además del Doppler, los médicos también utilizan el ultrasonido para medir la densidad y la elasticidad del tejido, lo que les permite detectar tumores y otros problemas de salud.